Jardines del Louvre

Situado junto al Louvre, el Jardín de las Tullerías tiene una gran importancia histórica, ya que se remonta al siglo XVI. Fue encargado por la reina Catalina de Médicis en 1564 y sirvió de perfecto acompañamiento al Palacio.

Durante más de cien años (hasta 1667), fue un destino puramente real, pero tras la Revolución Francesa, se convirtió en un parque público abierto a cualquier visitante y así ha permanecido desde entonces.

El arquitecto, Bernard de Carnesse, era de Florencia y se propuso crear un jardín renacentista italiano, cerrado de quinientos por trescientos metros y dividido en secciones rectangulares.

Sin embargo, la historia señala que este jardín aún debe completarse. Fue interrumpida por una brutal guerra civil en la que el Jardín de las Tullerías fue saqueado y no se arregló hasta el regreso del nuevo rey Enrique IV y su paisajista Claude Mollet.

Bajo el reinado de varios reyes y gobernantes se llevaron a cabo innumerables reformas y cambios en el jardín. Sin embargo, respecto a lo que contiene, este Parque del Louvre ha conservado una belleza natural que permanece hoy en día.

De los infinitos elementos que hacen de este jardín lo que es, hay que destacar varios rasgos inolvidables:

• La primera sección es el Jardín del Carrusel, que tiene una larga y rica historia, pero que culmina en el hecho de que se utilizó principalmente como plaza de armas, con el Arco del Triunfo del Carrusel como principal atracción. La terraza entre el Carrusel y el resto del Jardín de las Tullerías se convirtió en una carretera tras el incendio del Palacio. Otra característica es el foso, que, desde 1994, está decorado con estatuas.
• La segunda sección es el Grand Carré (Gran Plaza), situado en la parte este del Jardín de las Tullerías, que está relativamente abierto. Los planos de este tramo, que aún se siguen al detalle, fueron realizados por André Le Nôtre en la década de 1600. También alberga numerosas estatuas y esculturas colocadas en su mayoría desde el siglo XIX, como «Nymphe» de Louis Auguste Lévêque y «Tigre terrassant un crocodile» de Auguste Cain, entre otras innumerables.
• Luego tenemos la Grande Allée y el Grand Couvert, de los cuales el Couvert es una sección central del jardín cubierta de árboles dividida por la Allée, es decir, el camino ancho. También puedes encontrar varias cafeterías en este lugar.
• La Esplanade des Feuillants es el cuarto elemento, que designa un ancho camino paralelo a la terraza que bordea la rue de Rivoli, en el extremo norte del Jardín de las Tullerías. También obra de André Le Nôtre, fue creada en el siglo XVII.
• Por último, tenemos la Dársena Octogonal y la entrada a la plaza de la Concordia, cuya arquitectura y la reja de la puerta fueron creadas por Ange-Jacques Gabriel en 1757. Cuenta con una rica historia durante la Restauración Francesa. También alberga estatuas instaladas alrededor de la pila octogonal: Julio César, Aníbal, Agripina-Plotina, obras alegóricas que representan las cuatro estaciones, etc.